28 de febrero de 2011

Una de quinielas

A muy pocas horas de que empiece la ceremonia de los Oscar 2011, dejo mi pequeña predicción sobre las principales estatuillas (bastante diferente de mis deseos):

MEJOR PELÍCULA: El discurso del rey

MEJOR DIRECTOR: David Fincher (La red social)

MEJOR ACTRIZ PRINCIPAL: Natalie Portman (Cisne negro)

MEJOR ACTOR PRINCIPAL: Colin Firth (El discurso del rey)

MEJOR ACTRIZ DE REPARTO: Melissa Leo (The fighter)

MEJOR ACTOR DE REPARTO: Cristian Bale (The fighter)

MEJOR PELÍCULA DE HABLA NO INGLESA: In a better world

MEJOR LARGOMETRAJE DE ANIMACIÓN: Toy Story 3

MEJOR GUIÓN ORIGINAL: Christopher Nolan (Origen)

MEJOR GUIÓN ADAPTADO: Aaron Sorkin (La red social)

23 de febrero de 2011

La consagración de Natalie Portman

Brillante, espectacular, maravillosa, colosal...mil y un adjetivos que podrían servir perfectamente para definir el papel de Natalie Portman en 'Cisne negro'. Creo que, por fin, ha llegado su momento y, salvo sorpresa monumental, domingo se coronará con el Oscar a la mejor interpretación principal femenina.

El pasado sábado no quise perder la oportunidad de aprovechar uno de mis huecos libres para ir al cine a ver esta película. Sabía de antemano las numerosas críticas positivas que había recibido pero con esto ya se sabe, el criterio de uno mismo es el que cuenta. No quería otro caso 'En tierra hostil'... Nada más empezar la película, ya se intuía algo diferente: el no hacer repetitivo un guión (chica joven que lo tiene todo para triunfar pero que acaba fracasando ante el obstáculo insuperable que supone ella misma) que se ha visto en muchísimas películas y darle la vuelta a la idea enfocándolo desde un punto de vista delirante. Mérito de Aronofsky.

El director nos presenta a una Natalie Portman, bajo el papel de Nina, muy frágil, muy tímida, incapaz de encarnar un lado oscuro para representar 'El lago de los cisnes' pero ideal para ser la mejor en lo que se refiere a inocencia y elegancia. Portman se mete perfectamente en el papel de bailarina entregada en cuerpo y alma al mundo de la danza, y que siente que deber dar un rumbo en su manera de ser para triunfar en el ballet. A medida que se va perfilando su rival en el film (Mila Kunis), Nina la irá viendo como una seria amenaza, de la misma manera que irá aflorando su lado oscuro, de cisne negro, que la irá consumiendo poco a poco hasta extremos paranoicos. Como no podía ser de otra manera, la vida de Nina es prácticamente paralela a la historia de 'El lago de los cisnes' y, por tanto, se sabe de antemano cual puede ser su final.

En resumidas cuentas, Portman se sale. Es capaz de bordar en todo momento los dos extremos de su personalidad, llegando a rozar la locura, y ayudada por su cuerpo amoldado al papel, genera una intensa sensación de angustia durante toda la película que en ocasiones, más que un 'thriller', se asemeja a un film de terror. Además, este papel servirá para que Portman se distancie finalmente de la etiqueta de Reina Amidala en 'Star wars'. Otra recomendación para aquellos que, como yo, nos parezca una genial actriz: 'Brothers', un drama más que correcto donde sale acompañada de Jake Gyllenhaal y un excelente Tobey Maguire. Mañana tocará repetir sesión de 'Cisne negro', se lo prometí a un amigo y no pude esperar tantos días para ver la película. Aquí os dejo el tráiler de 'Cisne negro', una delicia...

21 de febrero de 2011

Hacer del fútbol una forma de vida

Lo tengo que reconocer: no soy la persona más aficionada a la lectura de este mundo. Más bien al contrario, estaría en la parte baja de la lista. No tengo por costumbre estar siempre con un libro bajo el brazo. De hecho, me molesta mucho leer obligado. Siempre he creído que debería tomar por rutinaria esta afición pero no me llama tanto como otras. Eso sí, cuando un libro, una novela, me llama mucho la atención, no me puedo despegar ni un segundo, dura muy poco tiempo en mis manos.


Es por eso que hoy os quiero presentar y recomendar el último ejemplo de mi entusiasta y particular lectura: 'Fiebre en las gradas', de Nick Hornby (un millón de copias vendidas en UK y dos adaptaciones cinematográficas). Recuerdo que lo compré (otra rareza no muy positiva en mí, que me compre un libro) el 31 de diciembre, a muy pocas horas de acabar el año, después de oír buenas críticas y quizá como una manera de empezar con buenos propósitos el 2011. Su temática central, el fútbol, influyó mucho en el momento de comprarlo para un apasionado del deporte como yo.

El relato se podría definir como autobiográfico y trata de la relación que ha tenido durante tres etapas fundamentales de la vida (infancia, adolescencia, madurez) el autor Nick Hornby con el Arsenal, el equipo de sus amores de la Premier League. A simple vista podría parecer un libro destinado a los amantes del fútbol, y de hecho puede serlo ya que contiene mil anécdotas sobre lo que ha pasado en los terrenos de juegos ingleses en los últimos 30-40 años. Pero más allá del aspecto futbolístico, lo que intenta destacar Hornby es como esta pasión ferviente de amor-odio hacia un club de fútbol ha condicionado su comportamiento social en otros ámbitos y como convive un fanático de las gradas con esta reconocida obsesión.

Lo explica, además, con su particular toque de humor irónico que hace muy amena la lectura y que acentúa (expresamente) este fanatismo que le hace ver y estar presente el mundo condicionado por los éxitos y fracasos del Arsenal. Hornby cuenta, por ejemplo, como por culpa de un partido de su equipo en Highbury no pudo asistir a una boda, o como una vez fue a ver un encuentro a pesar de romperse el tobillo dos horas antes del inicio. Además, asocia su primera gran ruptura amorosa a la pérdida de un jugador emblemático de la época. Genio y figura...

En resumen, es un libro eminentemente futbolero, escrito por un hincha de un equipo para un hincha de un equipo pero no por eso deja de tener ese punto de interés por ver externamente como se construye la figura de una persona obsesiva que vive por y para su Arsenal, y lo que eso conlleva dentro de una sociedad mucho más global.

18 de febrero de 2011

Post de bienvenida: la resaca de los Goya

Hoy estreno oficialmente este blog, 'Cultura en particular', y creo que la mejor manera de comenzar (aunque quede ya un poco lejos), es hablar de lo mucho que dio de sí la gala de los Goya de este pasado domingo. Unos Goya que celebraban sus bodas de plata en uno de los climas más enrarecidos de los últimos años provocado, en gran parte por la mediática 'Ley Sinde' y la dimisión del presidente de la Academia del Cine Español, Álex de la Iglesia. Su principal valedora, la ministra Ángeles González-Sinde, y uno de sus máximos detractores, el mismo De la Iglesia, llegaron y se sentaron juntos en el Teatro Real, en un mensaje de falsa conciliación. Y sino, solo hace falta ver el discurso de De la Iglesia:


Polémicas a un lado, la gala volvió a ser presentada magistralmente por Andreu Buenafuente. Siguiendo la línea del año pasado, Buenafuente comenzó la noche presentando un vídeo magnífico, un gran homenaje a las mejores películas de nuestro cine y tampoco eludió hacer gala de su humor hacia la ministra González-Sinde (imagen de su 'descarga legal').


Reconozco que este año no he visto tanto cine español como el que me hubiera gustado. 'Los ojos de Julia' (con una genial Belén Rueda) y 'Buried' han sido las principales películas que he visto, y por eso tampoco puedo hablar muy alto de la gran triunfadora de la noche: 'Pa Negre', ganadora de 9 Goyas. Aun así, quiero destacar una de las frases de la noche: "Gracias a la Academia por ir siempre un paso por delante". Por una vez no se han tenido en cuenta las razones lingüístico-ideológicas y se ha tenido en cuenta la verdadera calidad. Un 10.  Y otro 10 para Javier Bardem, un actorazo que me encandiló en 'No es país para viejos' y que se llevó el premio al mejor actor principal por 'Biutiful'. Igual que Laia Marull, que ya lo merecía, los inocentes niños de 'Pa Negre'...

En definitiva, una gala excelentemente conducida, con los rostros de cada año, con tensión disimulada presente y con la aparición testimonial (para qué dar más bola) de algún que otro energúmeno incapaz de manchar la gran fiesta del cine español. Como dijo Mariscal: "¡Viva el cine!".